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domingo, 30 de agosto de 2009



Investigadores del grupo 'Aragosaurus-IUCA' de la Universidad de Zaragoza han hallado en la localidad de Arén (Huesca) los restos del dinosaurio más moderno encontrado en Europa, que vivió a finales del Cretácico, poco antes de la extinción de la especie. El ejemplar ha recibido el nombre de 'Arenysaurus Ardevoli', después de diez años de trabajos.Así, el descubrimiento, publicado en el último número de la revista paleontológic 'Paleovol', se ha encontrado en rocas de hace unos 66 millones de años, del
Cretácico Superior, lo que, según los investigadores, significa que "sin duda los representantes de esta especie pudieron ver la caída del meteorito del límite Cretácico Terciario".En la investigación, que también ha contado con la participación de expertos de la Universidad Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de Barcelona, Universidad del País Vasco y el Museo del Jurásico de Asturias; se ha podido recuperar gran parte de este nuevo dinosaurio, que tendría un tamaño medio de unos siete metros de longitud, lo que le convierte en "el dinosaurio europeo conocido más completo del final del Cretácico", según destacan los paleontólogos.
Concretamente, han recuperado gran parte del cráneo (incluyendo el dentario izquierdo y parte del maxilar derecho), vértebras del cuello, de la espalda, del sacro, de la cola, el coracoides derecho, la escápula derecha, el húmero derecho, el pubis derecho y ambos fémures.Los expertos concluyen que es miembro de los 'hadrosáuridos', un grupo de dinosaurios comedores de plantas que tienen 'pico de pato' y eran muy abundantes en el Cretácico Superior de Norteamérica y Asia.Por otro lado, el estudio filogenético ha permitido precisar que 'Arenysaurus' es un 'hadrosáurido lambeosaurino', grupo en el que se integran dinosaurios con espectaculares estructuras craneales.


De este modo, la estructura craneal sería, según los investigadores, similar al dinosaurio norteamericano 'Parasaurolophus', si bien señalan que desconocen "como sería exactamente esa estructura en el 'Arenysaurus' ya que falta uno de los huesos del cráneo", pero la califican como "seguramente menos llamativa que la de 'Parasaurolophus'". El nombre 'Arenysaurus', se ha elegido "en honor a la localidad de Arén", mientras que el de 'Ardevoli' está dedicado a Luis Ardevol, el geólogo que encontró los primeros restos fósiles.

viernes, 28 de agosto de 2009


Hallan un dinosaurio gigante en una granja de ovejas





Paleontólogos australianos han descubierto una nueva especie de dinosaurio en una granja de ovejas al noreste de Australia, en el estado de Queensland. El fósil, apodado 'Zac', pertenece en concreto a la familia de los saurópodos, herbívoros de hace 97 millones de años.

Los restos fueron encontrados cerca del municipio de Eromanga, en una zona rica en fósiles que antaño estuvo cubierta por un mar interior y donde en 2004 se encontró a 'Cooper', el dinosaurio más grande del país hasta entonces descubierto, con treinta metros de longitud y perteneciente a la familia de los titanosaurios.

En cambio, 'Zac', como la familia de saurópodos, tiene un cuello muy largo, una cabeza pequeña y dientes afilados, así como una larga cola que se balanceaba al son del movimiento del cuello. Sus huesos se encontraban fuera del suelo por lo que los expertos prevén cavar en las inmediaciones ante la posible aparición de más esqueletos.

"Probablemente encontremos cientos de esqueletos debajo del suelo", explica el paleontólogo del museo de Queensland, Scott Hocknull. En total, hasta tres nuevas especies de dinosaurio se han encontrado en el área durante este año, todas pertenecientes al mismo periodo que 'Zac', cien millones de años al inicio del periodo Cretácico.

Los paleontólogos han hallado los huesos de 'Zac' en el mismo lugar del noreste australiano donde se han descubierto especies de esos reptiles fósiles, según informó la radio ABC.

El paleontólogo Scott Hocknull, del Museo de Queensland, dijo que todavía necesitan efectuar un examen minucioso, pero creen que se trata de un saurópodo vegetariano y es uno de los animales más grandes que jamás pisaron la Tierra.

Su osamenta es, en principio, más completa que otras halladas con anterioridad.

El hallazgo de 'Zac' y sus congéneres ha tenido lugar en un meandro prehistórico próximo a la población de Winton, en el estado de Queensland.

"Los descubrimientos hechos este año confirman la importancia del lugar, no solo para Australia, sino para tener una comprensión científica más profunda de la Edad de los Dinosaurios", dijo el paleontólogo.

Las nuevas especies aparecidas en esa zona son un terópodo ('australovenator eintonensis') y dos clases de titanosaurios.

jueves, 27 de agosto de 2009


Un científico de Canadá quiere crear dinosaurios a partir de embriones de pollos





El experimento se basa en la teoría de que las aves descienden de animales prehistóricos y en la manipulación genética.
Su responsable dice que sólo pretende ilustrar la evolución.

Convertir pollos en dinosaurios. No es el argumento de una película de ciencia ficción sino el reto que se ha marcado Hans Larsson, un paleontólogo canadiense que quiere devolver la vida a los dinosaurios mediante manipulación genética de embriones de pollos.


El proyecto cuenta ya con el apoyo de diversos organismos científicos y de asociaciones como National Geographic



No obstante, el catedrático ha subrayado que su intención no es comenzar a producir reptiles prehistóricos, sino más bien ilustrar la evolución de estos. El proyecto cuenta ya con el apoyo de diversos organismos científicos

viernes, 21 de agosto de 2009

¿Sabias que?



Dinosauria (gr. "lagartos terribles") o dinosaurios es un superorden de animales vertebrados que dominaron los ecosistemas del Mesozoico durante unos 160 millones de años, alcanzando una gran diversidad y, algunos, tamaños gigantescos. Una de sus principales características distinguibles es que poseen las patas situadas por debajo del cuerpo, como los mamíferos, y no hacia los costados, como la mayor parte de los reptiles. Los dinosaurios eran reptiles originariamente bípedos, aunque el cuadrupedismo resurgió en varios grupos distintos. Durante los últimos años se han acumulado pruebas científicas muy contundentes de que pequeños dinosaurios carnívoros dieron origen a las aves durante el periodo Jurásico. De ahí que, actualmente, las aves estén clasificadas dentro de Dinosauria. Los dinosaurios se confunden frecuentemente con otros tipos de reptiles antiguos, como los alados pterosaurios, los terápsidos pelicosaurios y los acuáticos ictiosaurios, plesiosaurios, y mosasaurios, aunque ninguno de estos era realmente dinosaurio.
Dinosauria constituye un superorden de la clase de los saurópsidos. Se considera que forman un taxón monofilético por presentar una serie de claras sinapomorfias que los unen, como el fémur articulado con la pelvis por medio de un cóndilo dispuesto en ángulo respecto de aquél, y hueco en la pelvis. Se trata de la misma disposición que se presenta en los mamíferos, y que permite que las patas traseras sostengan al cuerpo actuando como pilares, lo que repercute decisivamente en la habilidad motriz. Los dinosaurios se clasifican tradicionalmente según la estructura de su cadera.


los primeros dinosaurios, apesar de la información de su existencia en la época primitiva en otros lugares,los primeros dinosaurios se conocen de forma indiscutible desde que se encontraron los fosiles en las formaciones de "Santa Maria" en Brazil e "inchigualasto" en Argentina, en capas de la epoca triacica hace mas o menos 205 millones de años


En la Biblia aparecen unos seres, que se puede decir que son dinosaurios en muchas épocas y religiones. Si se trata de una cuestión de interpretación más que científica, lo cierto es que en la Biblia se mencionan dragones y criaturas como Behemoth y Leviatán, que se pueden parecer a especies de dinosaurios.

martes, 18 de agosto de 2009


Los cometas no causaron la extinción de dinosaurios



Según científicos de la Universidad de Washington, existe una virtual unanimidad en cuanto a que un asteroide causó hace 65 millones de años la extinción de los dinosaurios.

Sin embargo, no se sabe con certeza cuántas otras extinciones han sido causadas por la colisión de esos cuerpos sobre la superficie terrestre.

"Es poco probable que los cometas hayan causado extinciones masivas o hayan sido responsables de más de una", según Nathan Kaib, autor principal del estudio.

Durante mucho tiempo, los científicos han conjeturado con que la fuerza gravitatoria de esos planetas empuja los cometas o asteroides hacia el espacio interestelar o los atrae hacia su propio cuerpo.

Esa función de escudo quedó comprobada este mes cuando Júpiter mostró en su superficie la huella del impacto de un cuerpo cósmico que sería un cometa o un asteroide, según los científicos.

El estudio de los científicos de la Universidad de Washington también señala que muchos cometas "de período largo" que cruzan la órbita de la Tierra probablemente tienen su origen en una región que hasta hace poco los astrónomos creían que no podía producir ese tipo de cuerpos cósmicos.

Esos cometas tardan entre 200 a decenas de millones de años en realizar una sola órbita en torno al Sol.

El Halley es un cometa de "período corto", que aparece cada 75 años y, según los astrónomos, la mayoría de los cuerpos de ese tipo provienen el Cinturón de Kuiper.

"Se creía que los cometas de período largo nos decían algo de la parte externa de la Nube Oort, pero es solo una imagen turbia", indicó

La Nube Oort es el resto de una nebulosa de la cual se formó el Sistema Solar hace unos 4.500 millones de años.

Esa nebulosa comienza a unos 150 trillones de kilómetros del Sol, se extiende sobre una distancia de unos tres años luz y contiene miles de millones de cometas.

En su estudio, Kaib y Thomas Quinn, profesor de astronomía de la Universidad de Washington, usaron modelos informáticos para simular la evolución de las nubes de cometas en el Sistema Solar durante 1.200 millones de años.

Ese modelo demostró que la Nube Oort fue la principal fuente de los cometas de período largo que en algún momento se cruzan en la trayectoria de la Tierra, indicó el estudio


La investigación comenzó en 1996 en Malargüe, al sur de Mendoza, a orillas del río Colorado. Allí, un grupo de científicos encontraron los fósiles que resultan un gran aporte a la paleontología. El hallazgo permite vincular las aves con los dinosaurios carnívoros. Se trata del primer dinosaurio carnívoro encontrado en esa región patagónica, cerca del límite con Neuquen. El descubrimiento fue realizado por los investigadores del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Nacional de San Juan Oscar Alcober y Ricardo Martínez junto al paleontólogo de la Universidad de Chicago y miembro del equipo de la National Geographic Explorer, el estadounidense Paul Sereno. El lunes recién se concretará la presentación de los resultados de la investigación, donde se dará cuenta de las conclusiones arribadas en este estudio que se prolongó por 12 años y que da cuenta de una prueba concreta que muestra la relación entre los dinosaurios y las aves, algo que se sostiene en algunas perspectivas de la teoría evolutiva. Los investigadores aseguran que la importancia de la presentación es doble, ya que resalta la importancia del trabajo de la Universidad de Nacional de San Juan y porque el hallazgo se produjo en Mendoza.

Se ha debatido durante bastante tiempo si los dinosaurios tomaron parte activa en la revolución biológica que ocurrió hace 100 millones de años durante el Cretácico, cuando los mamíferos, plantas con flores, insectos y reptiles sufrieron una rápida expansión.

Ahora un estudio internacional muestra que durante los últimos 50 millones de años de su existencia los dinosaurios no se expandieron tan rápidamente como previamente se pensó y que la aparente explosión en diversidad de los dinosaurios puede explicarse como una efecto de la toma de muestras.

El equipo de investigadores reconstruyó el superárbol filogenético de los dinosaurios mostrando los patrones de evolución para 440 de las 600 especies conocidas de dinosaurios. Estos superárboles se reconstruyen usando técnicas computacionales sofisticadas que unen árboles más pequeños creados por expertos para varios subgrupos.

Según Graeme Lloyd, de Bristol University, su superárbol resume los esfuerzos de dos décadas de investigación por parte de cientos de expertos a lo largo de todo el globo y permite buscar patrones inusuales. Es el marco más extenso nunca producido sobre la evolución de los dinosaurios. Mike Benton añade que, aunque no esté completo, este árbol es el más detallado y amplio sobre estos seres o de casi cualquier otro grupo animal.

Hasta ahora la mayoría de los estudios sobre la evolución de los dinosaurios no han sido testados numéricamente frente a una base de datos amplia y precisa. Estos investigadores esperan que el estudio marque la primera ola de una nueva metodología cuantitativa en los estudios paleontológicos.

El nuevo estudio utiliza técnicas estadísticas para distinguir ritmos evolutivos inusualmente altos sobre la diversificación a tasa normal.

La clave fue centrarse en si los dinosaurios tuvieron un papel en la mayor fase de evolución en tierra firme que tuvo lugar hace entre 125 y 80 millones de años, cuando muchos grupos de planta y animales se expandieron rápidamente. Durante este tiempo aparecieron las plantas con flores y los insectos sociales. Muchos vertebrados se expandieron aprovechándose de los nuevos recursos disponibles.

El estudio muestra que todas las explosiones de diversificación tuvieron lugar en los primeros 50 millones de años en la evolución de los dinosaurios. Más tarde la expansión no se puede distinguir de la que ocurriría a un ritmo normal. Esto sugiere que los dinosaurios no se aprovecharon del nuevo suministro de comida disponible durante la revolución terrestre del Cretácico, como las plantas con flores, los lagartos, las serpientes, las aves y los mamíferos.

El trabajo se realizó con los 155 árboles de dinosaurios publicados en la literatura científica y utilizando las instalaciones del sistema computacional High Performance Computing de la Universidad de Irlanda, hasta totalizar 5000 horas de cálculo.


un pequeño resumen



lunes, 17 de agosto de 2009

BAJO DE SANTA ROSA (AN).- Cuando el papá de Daniel Cabaza compró el campo que tenía el patio trasero en el Bajo de Santa Rosa, le dijeron que estaba loco, que allí hasta las lagartijas morían de sed y que las posibilidades de pinchar y encontrar agua eran mínimas y que si al fin la lograban sería demasiado "dura y escasa" como para que sirva. Tenían razón.
Héctor "Tito" Cabaza y su hijo gastaron lo que no tenían en 12 excavaciones sin respuesta húmeda y perdieron las vacas y las ganas de tener hacienda en este paraje a 100 kilómetros de Valcheta y a otro tanto de Lamarque.
Por eso, llama la atención que Daniel hable con tanto amor de un campo que ahora ni siquiera es suyo.
"Es mágico, cautivante", dice el director del museo de paleontología de Lamarque. Y revela que su papá -que se fue hace cinco años- eran un enamorado de los fósiles y de la ciencia y cuenta que en Bajo de Santa Rosa (mucho más allá de su campo seco) habitan bestias imposibles. Cazadores invencibles, dinos de pico de pato, peces, tortugas, boas del Cretácico e incluso monstruos de un océano extinto cuyos esqueletos alguna marejada mezcló con los huesos de animales continentales. Lo sabían los Cabaza y lo saben los paleontólogos de todo el mundo que llegan a descubrir esa magia de la que habla Daniel.
En noviembre del 2008, quince hombres y mujeres se instalaron en el bajo agreste, a pocos metros de los salitrales y de la salina de Trapalcó.
Hay allí siete casas, algunos chivitos menos y ninguna señal de comunicación a no ser un teléfono a monedas. Ni celular ni internet. Y días de 50 grados centígrados.
"Los canadienses, muy correctos, cumplían con su rutina, pero en algún momento preguntaban si siempre era así. Lo decíamos que no, que nunca hacía tanto calor, que ya iba a cambiar, pero al otro día se batía un nuevo récord", comenta Leonardo Salgado, uno de los protagonistas de la última campaña a uno de los principales yacimientos paleontológicos de la provincia de Río Negro.
Con el investigador de la Universidad Nacional del Comahue viajaron el canadiense Phil Currie -el máximo experto de dinos carnívoros del mundo- su esposa Eva, Rodolfo García, Mariela Fernández, Ariana Paulina Carabajal (Prenyi), Mariela Fernández (todos paleontólogos), y cinco geólogos canadienses. Por el museo de Lamarque fue Daniel Cabaza, su director y uno de sus mentores.
De las entrañas del Bajo de Santa Rosa -no existe un alto- asomaron los restos de un Austroraptor (pariente del velociraptor de Mongolia), un ágil y acaso malvado predador del Cretáceo Superior, de unos dos metros de largo de la punta de la boca al extremo de la cola. Austroraptor tenía potentes garras, bien curvas y filosas: para desgarrar sin contemplaciones, cual malo (muy malo) de una de las películas de Steven Spielberg. Pero eso no fue todo. Hallaron además el fémur de un hadrosaurus (dino herbívoro pico de pato), tortugas, peces y microfósiles de vertebrados. Y cáscaras y registros de nidadas de dinosaurios, la especialidad de García y de Mariela Fernández.
"Es un lugar increíble. Por la diversidad, la cantidad y la singularidad de los fósiles. No era un sitio marino pero sí había un ambiente marino muy cercano", explica Leonardo Salgado, sentado a la mesa de un bar en Cipolletti y con el viento bajo cero sintiéndose en la calle.
"Los canadienses lo comparan con Gobi, el desierto de Mongolia, aunque acá estamos más cerca de la civilización pero con el mismo calor", dice Salgado.
Sin dudas que esta vez, el hallazgo más trascendente fue el Austroraptor cabazai, el segundo terópodo de este tipo que se encuentra en la zona, luego de la excavación que en el 2002 realizaron Fernando Novas y el ya legendario "Tito" Cabaza.
Hace un par de meses, "Prenyi" Paulina Carabajal presentó la lámina de este raptor austral en el Congreso de Paleontología de Vertebrados que se realizó en San Rafael Mendoza. Y ahora en conjunto con Currie estudian los huesos de esta criatura que está identificada como un dino plumífero con garras en las patas y en las manos pero que es mucho más chico que el presentado al mundo por Fernando Novas.
"Tenemos algunos bochones para preparar, ahí hay una tibia o un fémur que nos va a permitir precisar su tamaño aunque sabemos que es más chico que el presentado por Novas", explica Prenyi por teléfono desde Lamarque.
Salgado explica que se han hecho una decena de campañas al Bajo de Santa Rosa y que la fauna fósil de la zona alimenta las investigaciones de especialistas de las más distintas ramas de la paleontología. Desde Zulma Gasparini -máxima experta en reptiles marinos- hasta estudiosos de pequeños mamíferos cretácicos hasta especialistas que se dedican exclusivamente a pequeños mamíferos.
Uno de los cerros de referencia se llama Bonaparte, por lo menos para los paleontólogos en honor a don José, uno de los máximos referentes de la paleontología argentina.
"Es un lugar maravilloso pero en verano o en primavera hay que llevar mucho protector solar, toda el agua que se pueda y también un paraguas que haga de sombrilla. Para que te des una idea, dejé mis anteojos al sol y se me derritieron los marcos", dice Prenyi.
La mujer maldice pues no han encontrado el cráneo del animal. Con su colega canadiense trabajan en el estudio de todos los cráneos de dinosaurios carnívoros donde utilizan radiografías y tomografías. Quieren saber entre otras cosas qué tamaño tenía el cerebro de estos dinosaurios, los más ágiles y sagaces cazadores del Cretácico, que estaban en franca evolución para transformarse en pájaros.
Creen que en esta particular depresión natural hay muchos optros ejemplares de Austrosaurusus. Hay secretos por revelar en Bajo de Santa Rosa.
Salgado cuenta que todavía no se explican cómo huesos de plesiosaurios (reptiles marinos de cuello largo) aparecieron con fósiles de animales terrestres. Suponen que alguna gran marejada arrastró a las bestias marinas hasta algunos lugares muy lejos de la costa.
Es así, menos vacas, en el que fue campo de los Cabaza hay un muestrario de bicharracos del Cretácico por descubrir.


el Austroraptor cabazai





El primer Austroraptor cabazai -el holotipo- fue descubierto por Fernando Novas en el Bajo de Santa Rosa en el 2002. Lleva el nombre en honor a Héctor "Tito" Cabaza.
Se trata de un pariente del temible velociraptor de Mongolia que se inmortalizó a partir de la primer película de la saga de Jurassic Park.
La expedición fue financiada por National Geographic Society.
Bajo de Santa Rosa es un enorme depresión natural donde a lo largo de los últimos años se han hallado restos de plantas y animales que datan del Cretácico Superior, de hace 70 millones de años. Novas lo contó así a National Geographic.
"Las pezuñas son cónicas y puntiagudas, de depredador. La garra no correspondía a los abelisáuridos, terópodos cuyos huesos y dientes suelen hallarse en las rocas de la Patagonia. ¡Era un carnívoro nuevo para la ciencia! En el Museo Argentino de Ciencias Naturales se extrajo la roca que cubría los huesos: se trataba de un "raptor". Lo llamé Austroraptor cabazai, "dinosaurio rapaz del sur que honra a Cabaza". A diferencia de su pariente asiático, este era mucho más grande, de seis metros de longitud, con una cabeza baja y alargada, numerosos dientes pequeños y cónicos, y unos brazos muy cortos en comparación con el resto de los raptores. Estas evidencias indican que esta región de América del Sur fue hogar de un linaje de grandes cazadores, cuya historia evolutiva comienza a descubrirse.